Hace muchos años había una princesa en un castillo reluciente de oro, plata y bronce, que buscaba un esposo con el que tener hijos. Un día bajó al pueblo y dijo -¡qué se presenten todos los hombres del reino!-Todos los hombres salieron, ella eligió a uno y dijo-¡Tú! ¿Te puedes presentar mañana en mi castillo?-Él dijo-¡sí!-A la mañana siguiente se lo encontró al hombre, nada mas levantarse, la princesa se fue a arreglarse.
Se puso guapísima y dijo -¿te quieres casar conmigo? - Sí, pero... ¡Soy pobre! -No importa, lo que importa no es el dinero, sino la amabilidad y la solidaridad que tiene uno mismo, además sois bellísimo- siguió la princesa. –Y vos también.-
Pero el padre se enteró y ordenó a los soldados que lo ejecutaran. Lo secuestraron una noche.
La princesa se levantó y fue corriendo al sitio de la ejecución. Cogió una espada mágica y dijo -¡Si matáis a mi prometido me suicido!
Mientras que el padre soltaba a su novio, aprovechó la princesa y ...!mató a su padre, lanzándole la espada mágica¡
Se convirtió en reina y el marido en rey. Tuvieron tres hijos dos niños y una niña que se llamaron Adrián, José e Isabel.
Desde ese día vivieron felices y comieron perdices.
FIN
Autor: Fernando Garzón
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