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domingo, 25 de abril de 2010

" Viaje al corazón de Miguel Hernández"



Así titulamos a la clase de lenguaje del viernes. En esta sesión intentamos comprender las circunstancias que rodearon al poeta para entender mejor su poesía.Desgranamos sus versos,repartimos estrofas y cada uno con su estrofa correspondiente tuvo que delimitar los versos para darles entonación. Y marcar las pausas para recitar bien. Comprendimos lo importante que es interpretar los sentimientos del autor y cómo todo cambia cuando se lee con sentimiento.

Recitamos:

El niño yuntero



Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello, Fernando
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado, Raúl
de una tierra descontenta
y un insatifecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo Miguel
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta Julia
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente Javier
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave Alicia
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja Francisco C.
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido, Francisco D.
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies Elvira
la voz de la sepurtura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde Marina
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento Carmen
resuelve mi alma de encina.

Le veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
u declarar con los ojos Javier
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho Laura G.
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo Víctor
verdugo de esta cadena?

Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son Falín
y han sido niños yunteros.

Miguel Hernandez

ACEITUNEROS



Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién, Elena
quién levantó los olivos?

No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor, Shania
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.

Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura Francisco G.
de los troncos retorcidos.

Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento. Carmelo
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.

Tristes Guerras


Tristes guerras
si no es amor la empresa.
Tristes, tristes.

Tristes armas
si no son las palabras. Darío
Tristes, tristes.

Tristes hombres
si no mueren de amores. Andrea
Tristes, tristes.

Cancionero y romancero de ausencias

El corazón es agua




El corazón es agua
que se acaricia y canta.

El corazón es puerta
que se abre y se cierra.

El corazón es agua
que se remueve, arrolla,
se arremolina, mata. Laura El Had

Cancionero y romancero de ausencias. Poesías completas. Madrid: Aguilar, 1979, pp. 614-615.

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