Érase una niña que cuando había cerezos le gustaba porque se hacia realidad su sueño. Cada día quería algo pero no se cumplía y lo que pedía era magia. No se podía cumplir porque nadie tiene magia pero siguió haciéndolo durante cientos de días hasta que se cansó. Pero al día siguiente pidió una muñeca, pero no era una muñeca corriente era una muñeca mágica y por una de esas cosas que nadie puede explicarte, la muñeca era mágica, y pudo cumplir sus sueños, como el de comer cerezas. Y se sintió feliz.
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3 comentarios:
Iván el cuento me ha gustado mucho.
Iván tu cuento me ha gustado mucho bastante. Aunque te podrías haber esforzado un poco más. Pero está muy bonito...
megusta
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