Al mago le perseguía la mala suerte. Mientras iba caminando, la varita mágica se le derritió y corrió porque no sabía que hacer. De pronto se oyó: ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!...Se había pinchado con un cáctus y toda la cara se le llenó de púas.
Fue corriendo a ver al médico "Kurame", que estaba echando una siestecita.Éste tenía mal despertar.
- ¿Quién osa interrumpir mi siesta a a a a ?
Y el pobre mago una buena reprimenda se llevó y se quedó con los pinchos.
¿ Se podrá quitar las púas el mago?
¿ Cómo tendrá los piés el niño Jesús?
-
lunes, 18 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario