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domingo, 14 de marzo de 2010

"Nubita"


Antes de que comiences a leer este cuento debes hacer desaparecer de tu vocabulario la palabra IMPOSIBLE . Porque todo es posible si abres tu corazón y tu mente a la fantasía y te sumerges en un mundo de ilusión donde, lo que te voy a contar sucedió así .
En un lugar del cielo , allá donde habitan las nubes , las estrellas y el sol ;
vivía una nube muy , muy especial . Tan especial que como tú tenía un nombre : Nubita.
Era alegre curiosa y juguetona . Le encantaba dejarse empujar por el viento para poder adelantar a todas las demás.
_ ¡ Ah! No se si sabéis que las nubes por regla general son muy viajeras y caprichosas . No les gusta visitar los desiertos y por el contrario disfrutan en las selvas ,
pero sobre todo les encanta ponerse su abrigo de piel blanca para viajar a países fríos.
Pues bien , Nubita, disfrutaba observando desde lo alto todo lo que sucedía en la tierra.
A los niños camino de la escuela, los altos edificios , los parques y jardines y soñaba con tocar las flores , que desde lo alto le parecían tan hermosas e inalcanzables.
Cuando llegaba la noche , antes de retirarse a descansar las nubes se reunían y cada una contaba los lugares que habían visitado , los mares que habían sobrevolado y un sinfín de aventuras. Al llegar el turno a Nubita , hablaba de otros temas que a las demás les parecía un poco extraño.
_¡ Hoy he visto una flor preciosa! _ Decía ,era de color azul como el cielo , con forma de campanita .
- ¿ Cómo se llamará? ¡Quién pudiera acariciarla! ¡ Era tan hermosa!
Las nubes se enfadaban y le decían que no era propio de las nubes observar las cosas ,
si no viajar sin descanso y repostar en los mares , ríos y lagos para no perder su carga.
Una mañana , cuando las nubes comenzaban a realizar sus tareas y a repartirse los lugares para visitar , Nubita se apartó del grupo y desoyendo la llamada de las demás , bajó todo lo que pudo hasta una ciudad cuyo nombre no recuerdo.
Cómo era muy observadora , se detuvo en el cielo ante la ventana de un edificio muy alto. Tras los cristales pudo contemplar el rostro de una niña pequeña que sostenía un objeto extraño.
- ¿ Qué será? – Se preguntó.
La niña se peinaba su larga melena y acto seguido se la recogió con dos largas coletas .
Al terminar se miraba en un espejo para asegurarse de que su peinado había quedado
perfecto.
Nubita se quedó perpleja y desde aquel día bajaba cada mañana hasta el mismo lugar , para volver a ver ese objeto tan brillante y maravilloso , que devolvía la imagen del que en él se miraba.
Una noche en la asamblea de las nubes , después de que cada una expusiera todo lo que habían visto , nuestra nube contó lo que había visto ella y su deseo de tener un objeto igual al de esa pequeña.
La nube más grandota – Porque no todas son iguales , dependiendo de la cantidad de agua que absorben – le dijo :
- Nubita eres caprichosa y desobediente. No hace mucho querías tocar las flores y
ahora quieres poseer un espejo que las nubes no podemos tener.
¿ Cuándo te vas a dar cuenta , de que tenemos una función que no es la observar?
Somos las regaderas celestiales y solo debe preocuparnos regar los campos , pueblos, ciudades y bajar a la tierra solo para llenar nuestras cantimploras en el mar, los océanos ríos y lagos.
Al escuchar esta perorata nuestra nubecilla se puso muy triste , no pudo dormir en toda la noche . No hacía más que pensar que si quería ser una nube igual a las demás, tendría que olvidarse de observar cosas extrañas como las flores y los espejos que tanto llamaban su atención.
A la mañana siguiente al despuntar el día – No se si sabéis que las nubes madrugan mucho para prepararse- Nubita tomó la decisión más difícil de su vida.
Dejar de vagabundear en solitario , para seguir a las demás por el cielo. Así que llegó
hasta un lago claro y cristalino y al igual que las demás en otros lugares cumplió con su quehacer de tomar muchas gotitas de agua – es el desayuno de las nubes- .
Bajó todo lo que pudo y cuanto más bajaba , se iba sorprendiendo más y más.
- ¿ No sabéis por qué?
La imagen de Nubita se reflejaba en el lago como la niña en su espejo .
El lago que comprendió lo que estaba sucediendo , le habló como solo ellos pueden hacerlo . Con palabras que solo pueden oír los que están dispuestos a escucharles . Y le dijo:
- ¿ Es que no sabías que los mares, ríos, océanos y lagos somos los espejos del cielo?
- ¿ Qué nada sucede allá arriba que nosotros no reflejemos?
Y ahora te contaré algo más . – Se que te gustan las flores ¿ No es así?
- Pues, mira aquellas pequeñas que están cerca de mi orilla , ve y riégalas y podrás sentir cada día como se convierten en hermosas flores gracias a ti
Y así fue como nuestra nube aprendió a ser nube sin renunciar a sus sueños :
- Tocar y admirar la belleza de una flor y tener un espejo propio.



21- 2- 05


Javiera Alfama Mena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Señorita el cuento es muy bonito y me gusta . Shania

fernando dijo...

es muy original y bonito

Anónimo dijo...

Señorita esto esta muy muy guay me gusta un montón esta guay . Shania :)